Como actúa el Yoga en los niños
El Yoga es tanto un sistema completo, como también receptivo para muchos objetivos diferentes. Si te preguntas, por qué en su día empezamos con el Yoga, y por que aún hoy estamos practicando, descubriremos en nuestra motivación y en nuestros objetivos algún u otro cambio.
Cuando he empezado a practicar Yoga con los niños me vi rodeado de muchas preguntas: ¿seguro que comprenden los niños el Yoga? Será posible acercarles el sentido y cómo hacerlo? Difícil de contestar, pero personalmente nunca tuve ninguna duda de que sí era posible. Determinante es sobre todo es con qué actitud y con que espíritu se instruye a los peques.
Sri Aurobindo dijo: "Todo acto consciente es Yoga”. La manera de cepillarte los dientes, de atarte los zapatos, de llenar un jarrón de agua, tiene que ver con el Yoga y su enseñanza sobre la atención y la consciencia en nuestros actos. En este sentido trabajo con los niños.
Tuve el privilegio durante los últimos 15 años de trabajar con muchos niños, algunos de ellos con problemas de conducta, trastornos, hiperactividad, falta de concentración etc. Síntomas pues, que querían ser eliminados. “¿Puede usted hacer algo con el Yoga?” La pregunta típica. Pero la actitud de “con pocos ejercicios poder apuntar al síntoma molesto”, no corresponde para nada al sentido integral del Yoga.
Un principio integral
No se trata solamente de eliminar un síntoma. Nos organizamos con nuestro mundo interior como también con nuestro mundo exterior y por lo tanto también nos organizamos con nuestros síntomas. Si eliminamos un síntoma, creamos un vacío, que se llena inmediatamente tan pronto exista una posibilidad adecuada. Es más prometedor hacerse la pregunta como sustituir ese vacío.
¿Comportamiento social anómalo? Pero: ¿cual es la escala de la anomalía? ¿Como elijo los parámetros para evaluar a un niño en su peculiaridad? Lo que yo personalmente he visto en los niños con los que he practicado, fue mucho más una conducta no adaptada a la situación y un comportamiento descoordinado. Existía un problema en el encuentro interpersonal, con la proximidad y la distancia. Estas dificultades de coordinación también se manifiestan en los movimientos. La coordinación en los movimientos lleva a que mejore la coordinación a nivel interpersonal.
Después de pocas sesiones de Yoga se puede notar que los niños que inicialmente consegían permanecer tranquilamente sentados durante apenas unos minutos, pudieron extender el tiempo a unos 15 a 30 minutos. El efecto que se produce en el día a día es muy interesante. Los peques comentan el efecto positivo por ejemplo de los “Mudras” y de la respiración, en los estudios, cuando tienen un examen e incluso lo saben apreciar en los momentos de .
Según Thomas Bannenberg (director del Instituto pedagógico de Heidelberg/Alemania), el movimiento forma un aspecto esencial en el desarrollo del cerebro. Podríamos decir de manera coloquial que el movimiento nos hace inteligentes. Los movimientos cruzados estimulan fuertemente el sentido de coordinación y establece estructuras mentales sobre las cuales se forma la visión jerárquica del mundo.
Adaptarse a la dinámica del niño
En el Yoga para los peques necesitamos Asanas especiales. Debemos tener en cuenta que el Yoga siempre está presente, no solamente cuando estamos sobre la esterilla. El Yoga es un sistema que nos re-conduce al equilibrio y a la armonía. Por eso es importante conocer lo que necesita el niño para volver al equilibrio y conocer lo que impide la armonía.
En el Yoga para los peques no se trata de ejercer por ejemplo la postura de la “Cobra” como nosotros la conocemos, pues los peques deberían presenciar la “Cobra,” en un principio, como serpiente que se mueve y silba y que a veces defiende su nido. Esto corresponde a la dinámica del niño – es otra dinámica que la de un adulto. Por eso en el Yoga para los peques siempre hay más movimiento.
En el trabajo con los niños tenemos entonces los siguientes enfoques:
Gracias a Thomas Bannenberg por su conferencia inspirativa
El Yoga es tanto un sistema completo, como también receptivo para muchos objetivos diferentes. Si te preguntas, por qué en su día empezamos con el Yoga, y por que aún hoy estamos practicando, descubriremos en nuestra motivación y en nuestros objetivos algún u otro cambio.
Cuando he empezado a practicar Yoga con los niños me vi rodeado de muchas preguntas: ¿seguro que comprenden los niños el Yoga? Será posible acercarles el sentido y cómo hacerlo? Difícil de contestar, pero personalmente nunca tuve ninguna duda de que sí era posible. Determinante es sobre todo es con qué actitud y con que espíritu se instruye a los peques.
Sri Aurobindo dijo: "Todo acto consciente es Yoga”. La manera de cepillarte los dientes, de atarte los zapatos, de llenar un jarrón de agua, tiene que ver con el Yoga y su enseñanza sobre la atención y la consciencia en nuestros actos. En este sentido trabajo con los niños.
Tuve el privilegio durante los últimos 15 años de trabajar con muchos niños, algunos de ellos con problemas de conducta, trastornos, hiperactividad, falta de concentración etc. Síntomas pues, que querían ser eliminados. “¿Puede usted hacer algo con el Yoga?” La pregunta típica. Pero la actitud de “con pocos ejercicios poder apuntar al síntoma molesto”, no corresponde para nada al sentido integral del Yoga.
Un principio integral
No se trata solamente de eliminar un síntoma. Nos organizamos con nuestro mundo interior como también con nuestro mundo exterior y por lo tanto también nos organizamos con nuestros síntomas. Si eliminamos un síntoma, creamos un vacío, que se llena inmediatamente tan pronto exista una posibilidad adecuada. Es más prometedor hacerse la pregunta como sustituir ese vacío.
¿Comportamiento social anómalo? Pero: ¿cual es la escala de la anomalía? ¿Como elijo los parámetros para evaluar a un niño en su peculiaridad? Lo que yo personalmente he visto en los niños con los que he practicado, fue mucho más una conducta no adaptada a la situación y un comportamiento descoordinado. Existía un problema en el encuentro interpersonal, con la proximidad y la distancia. Estas dificultades de coordinación también se manifiestan en los movimientos. La coordinación en los movimientos lleva a que mejore la coordinación a nivel interpersonal.
Después de pocas sesiones de Yoga se puede notar que los niños que inicialmente consegían permanecer tranquilamente sentados durante apenas unos minutos, pudieron extender el tiempo a unos 15 a 30 minutos. El efecto que se produce en el día a día es muy interesante. Los peques comentan el efecto positivo por ejemplo de los “Mudras” y de la respiración, en los estudios, cuando tienen un examen e incluso lo saben apreciar en los momentos de .
Según Thomas Bannenberg (director del Instituto pedagógico de Heidelberg/Alemania), el movimiento forma un aspecto esencial en el desarrollo del cerebro. Podríamos decir de manera coloquial que el movimiento nos hace inteligentes. Los movimientos cruzados estimulan fuertemente el sentido de coordinación y establece estructuras mentales sobre las cuales se forma la visión jerárquica del mundo.
Adaptarse a la dinámica del niño
En el Yoga para los peques necesitamos Asanas especiales. Debemos tener en cuenta que el Yoga siempre está presente, no solamente cuando estamos sobre la esterilla. El Yoga es un sistema que nos re-conduce al equilibrio y a la armonía. Por eso es importante conocer lo que necesita el niño para volver al equilibrio y conocer lo que impide la armonía.
En el Yoga para los peques no se trata de ejercer por ejemplo la postura de la “Cobra” como nosotros la conocemos, pues los peques deberían presenciar la “Cobra,” en un principio, como serpiente que se mueve y silba y que a veces defiende su nido. Esto corresponde a la dinámica del niño – es otra dinámica que la de un adulto. Por eso en el Yoga para los peques siempre hay más movimiento.
En el trabajo con los niños tenemos entonces los siguientes enfoques:
- movimiento crea estructuras mentales nuestra percepción solamente capta el 3% del mundo exterior. La percepción además es selectiva y pretende confirmarnos a nosotros mismos la imagen que tenemos del mundo. Así se crean prejuicios, porque necesitamos construir el resto (97%) del mundo exterior, del conocimiento previo. El enlace de las informaciones exteriores con el conocimiento previo es un proceso muy complejo, que debe apoyarse en una estructura mental compleja.
- esta estructura compleja la creamos con movimiento.
Gracias a Thomas Bannenberg por su conferencia inspirativa